Esta mañana salí temprano de trabajar y aproveché para mirar el agua y el aceite del coche.
Esta vez, el desastre del maletero me inquietó; por lo que decidí ordenarlo un poco.
Entre la silla y la sombrilla de la playa, el balón de baloncesto, Los CDs que casi nunca escucho y los botines de correr y camisetas más y menos sucias encontré un entonces menospreciado regalo de mi banco cuando abrí la cuenta hace dos o tres años.
Se trata de una libreta azul con ojas en blanco y un bolígrafo (bueno, por cierto).
Limpié la agenda con un trozo de papel de cocina (llevo un rollo gordo en el coche también) humedecido y me sentí como cuando encuentras utilidad al regalo de Reyes de tu madre.
Yo soy más de blogs pequeñitos, pero el momento de mi vida en el que me encuentro es tan crítico, que estoy planteándome dar el salto a un blog más elegante...
Puse el coche a punto, ordené el habitáculo, me limpié las manos y me eché colonia.
Ordené mi agenda mental para decidir qué dirección tomar esa mañana...y viví aventuras.
¿Seguimos?
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